En unos días celebramos en Trèvol una jornada y encuentro de familias, en la que también pueden participar todas aquellas personas que colaboran de una manera u otra en la vida de las personas con discapacidad.
La familia es un pilar fundamental en el apoyo a las personas con discapacidad, es el punto de arranque para que se pueda llevar a cabo la normalización en todos los ámbitos de la vida. Para ello las familias tienen que tener los apoyos necesarios para que puedan afrontar las diferentes dificultades y peculiaridades que puedan tener con sus hijos.
Un apoyo que tiene que contar desde el primer momento, desde la infancia, ahí juegan un papel fundamental la escuela, y los apoyos necesarios para que puedan integrarse en la escuela ordinaria, contando y apostando por una educación inclusiva. Para que después en un futuro puedan integrarse en la sociedad y en la vida laboral en la empresa ordinaria.
Las familias necesitan también el apoyo técnico y profesional para que puedan afrontar todo los problemas y dudas que puedan tener sobre su hijo.
Muchas familias pasan adversidades en el cuidado de sus hijos y en ocasiones se encuentran solos y sin saber a veces como afrontar situaciones de crisis. No podemos olvidar que hay familias, madres o padres que no se sienten preparados o no saben dar respuesta o resolver situaciones que tienen que ver con su familiar con discapacidad.
Desde Trèvol creemos que es bueno reclamar mayores medidas de conciliación y apoyos externos para las familias, y que incluya a todos los miembros de la familia como pueden ser los hermanos, que en un futuro pueden ser estos los que tengan que estar al cuidado de su hermano/a con discapacidad. La esperanza de vida sigue aumentando y por lo tanto el envejecimiento de los padres, y por este motivo hay que hacer un replanteamiento de la situación.
Cuanto mayor sea el grado de autonomía y de vida independiente de la persona con discapacidad, más fácil será para los familiares, y la tranquilidad que da que su hijo este orientado y pueda valerse por sí mismo con los apoyos necesarios, no podemos olvidar que la discapacidad no desaparece y que los apoyos en diferentes medida serán de por vida.
Por estos motivos hay que orientar a las familias en su conjunto y que conozcan de cerca la realidad, que pierdan los temores y los excesos de proteccionismo que pueda dificultad la integración o incluso agravar las consecuencias de una discapacidad concreta por no afrontarla de una manera determinada.
Por todo ello apostemos por la familia como pilar fundamental para la integración, porque son los primeros que deben creer en esto, romper las barreras para buscar los apoyos necesarios para afrontar la vida como cualquier otra persona. También la comunicación entre familias es vital para que compartan esta realidad y se puedan ayudar y aconsejar entre ellas.
Javier Abad Chismol