Hay que ir poco a poco cambiando la mentalidad de la sociedad, para que se pueda contar cada vez más con las personas con discapacidad intelectual como parte activa de la sociedad, y que por lo tanto tienen mucho que aportar a la misma, no solo tienen que ser receptores de servicios y de ayudas, sino que enriquecen a esta.
De sociedad pasiva a sociedad activa, de colectivo apartado a colectivo integrado, y todo ello se consigue a base de ir introduciendo en la sociedad una serie de valores que potencien la implicación activa de todos los miembros de los diferentes colectivos. En ocasiones parece que solo los sectores profesionales o las familias que viven de cerca esta realidad son los que tiene que conocer este tema. Es bueno que también se impliquen las personas que no tienen esa realidad tan de cerca, porque si queremos una sociedad integradora tenemos que hacer participes a todos, y eso se hace cuando se normaliza la vida de la personas con discapacidad.
La cultura tiene que ser un elemento que potencie la inclusión social, que se pueda ir introduciendo en la forma de pensar de la gente, que se pueda transformar la sociedad desde la base.
El ámbito cultural para que sea un espejo donde ver la integración y la inclusión, para ello se debe impulsar desde los diferentes ámbitos. Un papel fundamental son los medios de comunicación y difusión, también las instituciones, la creación de empleo, la introducción en la escuela ordinaria, y todo el tema cultural que se puede dar a través del teatro, del arte, del cine, de todo aquello que puede influir en la opinión de la gente, y por lo tanto saber que lo que transmitamos es lo que ira calando en las personas y se podrá llegar a un transformación social desde la base.
Para ello se tendrá que crear un sistema de trabajo que permita hacer esto con la mayor normalidad posible, y que todos los actores implicados participen de una manera activa y dejando de lado la incredulidad, sino que se abra a la posibilidad y la acción.
Javier Abad Chismol