Desde siempre la discapacidad se ha considerado como algo malo, pero en verdad la discapacidad es una circunstancia que condiciona nuestra vida, en mayor o menor medida, pero como tantas otras circunstancias que la determinan.

Todos los seres humanos somos más o menos capaces o discapaces para unas u otras cosas. Sin embargo, la limitación no está tanto en nuestras discapacidades, como en que no tengamos los recursos necesarios y suficientes, servicios o personas, que compensen nuestras limitaciones, para poder solucionar aquellos problemas, que nuestras discapacidades impiden que resolvamos por nosotros mismos.
Desde sus orígenes, allá por el año 1995, el Projecte Trèvol se ha desarrollado partiendo de este hecho tan evidente. Todos contamos con multitud de apoyos que nos facilitan la vida, aunque como nos resultan tan naturales, no nos damos cuenta. ¿Quién no pide opinión a la hora de comprar un coche, o busca un asesor o simplemente utiliza un GPS o se gradúa regularmente sus gafas para poder ver? Todo esto son apoyos que forman parte de la vida de las personas y nadie considera tener que usarlos como algo extraordinario.

Cuando aparece las sospechas de que un niño o niña tiene dificultades, los miedos se multiplican, es lo normal. Pero si transformamos estos miedos en la búsqueda de recursos de apoyo, las posibilidades de que todo se normalice se multiplican. Los recursos de apoyo que podemos encontrar son muchos si sabemos buscarlos.
Lo esencial es ponerse en marcha. El miedo a un diagnóstico de discapacidad hace que algunas familias demoren sus actuaciones, buscando alguien que les diga lo que esperan oír. Siendo esto totalmente lícito y comprensible, es un error. Lo que debemos hacer es rehabilitar, recuperar, acompañar, apoyar y normalizar los apoyos necesarios, a la mayor brevedad y durante el tiempo necesario, para que el niño o la niña recupere la normalidad lo antes posible y hasta el máximo de sus posibilidades. Esto, en el Projecte Trèvol, significa que algunos niños forman parte del Centro de Atención Temprana unos meses, otros algunos años y otros, si lo necesitan y sus familias lo quieren, se quedan más tiempo después de la Atención Temprana en los programas de infancia.
Lo que condiciona verdaderamente nuestra vida, la de todos, siempre son los recursos de apoyo con los que contamos y por tanto, lo que necesitan las familias es tener los recursos de apoyo que necesitan sus hijos.
Este es y ha sido siempre nuestro empeño y la misión de Trèvol en todas sus variantes, Mancomunitat, Asociación, Fundación y Amics y, por lo que pedimos siempre a los gobiernos que doten a las familias de los medios y recursos necesarios para cubrir las necesidades de sus hijos e hijas, sean pocas o muchas.