El transfer es la capacidad intelectual por el cual, los conocimientos y habilidades que aprendemos en un contexto, los aplicamos en otros contextos diferentes. De esta manera, por ejemplo, los conocimientos que aprendemos en un curso los podemos aplicar en nuestros puestos de trabajo.
Esta capacidad de transferir conocimientos es lo que diferencia a las personas con discapacidad intelectual de las que no la tienen. Cuando más discapacidad tiene una persona, más dificultad tiene para transferir o aplicar los conocimientos o habilidades de un entorno a otro.
Por eso, las personas con discapacidad intelectual no pueden aprender a desempeñar las tareas de un puesto de trabajo en cursos previos, como hacemos las personas que normalmente estudiamos en las universidades o en la formación profesional. Las personas con discapacidad intelectual aprenden de otra manera. Y es aquí donde aparece la figura del preparador laboral y las prácticas formativas.
El preparador o preparadora laboral se ocupa de generar ese proceso de enseñanza/aprendizaje para que el trabajador o trabajadora con discapacidad intelectual adquiera las habilidades necesarias para el desempeño adecuado del puesto, durante el período de prácticas formativas previo a la contratación.
Es un trabajo altamente cualificado ya que se trata de desarrollar las funciones que la inteligencia no puede hacer, adaptando la metodología, los tiempos, los instrumentos de aprendizaje, etc., a cada persona con discapacidad, según los requerimientos del puesto y las capacidades y dificultades de la persona.
El Projecte Trèvol siempre provee a los preparadores laborales que acompañan y enseñan a las personas con discapacidad que van a incorporarse a un puesto de trabajo, porque del mismo modo que la Sociedad y los gobiernos proporcionan los centros donde aprendemos todos y todas, las administraciones públicas, gubernamentales, no pueden desentenderse de este sector de la población a la hora de capacitarles para el desempeño adecuado de un puesto de trabajo. Del mismo modo, los programas de empleo con apoyo que ellas necesitan deben estar diseñados para cubrir el expediente, si no para que de verdad puedan desempeñar un puesto de trabajo con solvencia.
Mediante el preparador laboral se establece una colaboración estrecha y comprometida entre el Projecte Trèvol y la empresa. Se trata de comprender cuál es la realidad de cada empresa en particular, para darle a la capacidad de acoger e introducir en su plantilla a una persona con necesidades de apoyo significativas y en muchos casos complejas, haciendo posible que la persona se convierta en un trabajador solvente, real y capaz, como cualquier otro ciudadano, aportándole a demás a la empresa sus valores añadidos como trabajador, que también los tiene.
La figura del preparador laboral hace posible que todas las personas puedan acceder a un puesto de trabajo y proporciona a las empresas herramientas adecuadas para optimizar sus recursos humanos facilitándoles que puedan distribuir las tareas más complejas a personas más capaces, y las tareas más simples y repetitivas, a las personas con discapacidad intelectual.
Todo esto repercute de manera positiva en la persona con discapacidad y su familia, en la medida en que les proporciona una oportunidad para el desarrollo personal y la vida independiente; en la empresa porque la convierte en una empresa socialmente responsable, mejorando así también su imagen corporativa, además de optimizar sus recursos humanos; en el Projecte Trèvol porque nos permite cumplir nuestra misión; pero por encima de todo beneficia a toda la sociedad en su conjunto, en la medida en que recibimos los valores añadidos y contribución que estas personas aportan como individuos y en la medida en que contribuimos, con su inclusión laboral, al sostenimiento del estado de bienestar.