El grado de integración de las personas con discapacidad será en función del grado de autonomía de la persona, buscando los apoyos necesarios para que se puedan suplir las limitaciones de cada uno.
La integridad, la dignidad y la autonomía son valores que dignifican a la persona, y son cualidades que todos tenemos derecho a tener, que una discapacidad no sea un obstáculo, una barrera difícil de superar.
Es muy importante las actividades diarias y poder relacionarse con las personas, para ello hacen falta los apoyos, porque de lo contrario la persona puede quedar marginada y esto influye directamente en la autoestima y en la motivación a la hora de normalizar su vida y de participar de una manera activa en la sociedad.
Buscar la autonomía de personas con discapacidad es una cuestión de potenciar los derechos humanos y la igualdad de oportunidades y por ello hay que buscar el mayor grado de autonomía personal.
La autonomía engloba las capacidades para pensar y de decidir por uno mismo, tomar todo tipo de decisiones y que estas sean respetadas por los demás.
Para ello tenemos que implicar a la persona concreta y a la sociedad en general, para que la integración se dé en todos los ámbitos de la vida, o al menos en los más posibles.
Es poder hablar de la posibilidad de hacer las cosas que uno se proponga y que se provean los medios y los apoyos necesarios, para ello hay que motivar y alentar a que se realicen los retos y sean capaces de superarse, y de esta manera vivir con la mayor normalidad.
La sociedad tiene que cambiar la mentalidad, y creer que una persona con discapacidad si es capaz de realizar ciertas acciones, y no ser nosotros su limitación porque se lo queramos hacer todo.
También es muy importante en no marcarse expectativas muy altas, porque o no son necesarias o pueden ser una frustración por no poder alcanzarlo. Retos alcanzables y con los apoyos necesarios, esa es la clve de la autonomía y de la integración.
Javier Abad Chismol