Tener un lugar donde vivir es uno de los derechos fundamentales de cualquier persona, eso la dignifica, al igual que ocurre con el trabajo. Es bien cierto que el derecho a la vivienda debe ir unido a la opción fundamental de la persona.
Esto quiere decir que las personas deben decidir con quién quieren vivir y como, en el Trèvol se promociona la autonomía, es decir, que puedan escoger, algunos deciden vivir con su familia, porque es donde están más a gusto, otros deciden vivir en su propia casa de manera independiente, otras en un piso tutelar, y ahora estamos promocionando desde el Trèvol unas micro residencias para que puedan vivir con compañeros.
Es importante siempre escuchar a las personas para que se compartan experiencias, que se respeten los derechos, pero también hay que matizar que muchas veces los derechos se quedan en palabras bonitas o en agua de borrajas, porque si tenemos un derecho pero no ponemos los medios para conseguirlo esto no sirve para nada.
Es vital poner los recursos personales y económicos, a su vez unidos a la decisión de la persona, que debe tener los apoyos necesarios para que la opción se haga en libertad.
En la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Persona con Discapacidad se recalca este derecho, algo que también se encuentra en la Constitución Española, todas las personas tienen derecho a una vivienda digna, y en la realidad muchas personas no lo pueden hacer por diferentes dificultades.
Se debe potenciar este derecho, al igual que dar diferentes opciones, informar, apoyar y dejar elegir.
Javier Abad Chismol