Muchas veces nos ocurre cuando nos dirigimos a un lugar, a un espacio de uso público que nos sentimos confundidos con la información que se nos transmite, ¿Qué espacios deben ser legibles y fáciles? En principio lo tendrían que ser todos los espacios, en demasiadas ocasiones los accesos o los carteles producen confusión, unas por su ubicación y otras por su ausencia.
Por ejemplo entender con claridad las líneas de autobuses, que sea legible, que se entiendan bien los horarios, las distintas líneas y paradas, con un tamaño de letra legible y con colores que diferencien números y paradas, así como los horarios.
Como vemos este tipo de cosas son importantes para todos, no solo para personas con discapacidad intelectual, afecta a todos, debemos hacernos las cosas fáciles, que no prime lo estético por lo funcional y que no debe estar reñido, buscar una tipología de letra o pictogramas, dibujo o signo gráfico que expresa un concepto relacionado materialmente con el objeto al que se refiere, y que debe ser de una máxima comprensión. Que no ocurra que al acudir a los servicios de un restaurante nos tengamos que quedar pensando cual es el de hombres o mujeres porque a primera vista crea confusión.
Que llegues a un hospital y que puedas orientarte fácilmente, no como algunos centros que puedes terminar desorientado y perdido porque no se entienden o no se encuentran los carteles, bien por los colores, por el tamaño de la letra, o el lugar donde están colocados.
Saber para que se utilice cada espacio y lugar, saber orientar y explicar, esto se agudiza cuando nos referimos a las personas con discapacidad intelectual, porque de esta manera pueden participar más. A veces nos empeñamos en hacer las cosas complicadas cuando realmente no hay ninguna necesidad.
Hagamos legibles los espacios públicos, de esta manera se tendrá mucha mayor autonomía.
Javier Abad Chismol