La forma, de hablar, de expresarnos, influye mucho en todo lo que decimos y hacemos, y por supuesto lo que se entiende de lo que decimos, por este motivo hay que cuidar mucho la terminología a la hora de hablar de la discapacidad, y más cuando queremos fomentar la integración.
¿Cuáles son las nuevas terminologías utilizadas? ¿Cómo ha evolucionado? Esta habiendo una apertura en los términos, sobre todo en destacar las posibilidades, las habilidades y las capacidades y no las limitaciones y la discapacidad en sí misma. Al igual que evitar el infantilismo en el lenguaje cuando nos referimos a personas con discapacidad, no tratarlos ni referirnos a ellos como si fueran niños cuando realmente son adultos. Esto influye en la persona y en el entorno de una manera negativa.
También el lenguaje de las lastimas y las penas, como si la forma de expresarnos a las familias que tienen una persona con discapacidad fuera una desgracia. Como vemos la forma de hablar, de lenguaje puede determinar la forma de ver la discapacidad. Quitarnos de la cabeza que es mala suerte, o que pena, así no ayudamos a la integración y a la normalización.
Se evolucionó en la terminología al pasar de discapacitados a personas con discapacidad, haciendo hincapié de esta manera en la dignidad de las personas con discapacidad. Que no se utilice la palabra discapacidad como un insulto, o cuando de una manera más peyorativa se le puede llamar “retrasado”, o que “no está bien”.
Por este motivo es bueno mostrar a la sociedad cuales son las palabras que hay que utilizar. La Convención de las Naciones Unidas o la Constitución Española utilizan también el término de personas con discapacidad. Lo de capacidades diferentes podría llevar a confusión, pues evidente que todos no tenemos las mismas habilidades o capacidades, y no solo entraría en personas con discapacidad.
Las entidades que trabajan en este entorno tienen que hacer un gran esfuerzo por cuidar el lenguaje y la forma de expresarse, a la vez que informar a todos lo importante que es la integración de las personas con discapacidad en todos los entornos de la vida, distinguir con mucha claridad la diferencia vital que significa o que hay entre atención e integración.
El lenguaje condiciona la representación mental, y por lo tanto la actitud ante cualquier tema, por ello esforcémonos en resaltar la posibilidad, los derechos, la igualdad, el respeto, para que las personas tengan la discapacidad que tengan, tengan la misma dignidad que las demás personas, distinguir la diversidad que hay dentro del mundo y también entre todas las personas con discapacidad.
Javier Abad Chismol