Uno de los derechos fundamentales de las personas es poder escoger con quien se quiere compartir la vida personal, y por lo tanto las personas con discapacidad no se les puede privar de este derecho, de poder vivir con quien quieran y con quien se sientan a gusto, en definitiva hablamos de un derecho a decidir sobre sus propias vidas, y como todos, derecho a acertar y a equivocarse, el temor no debe privar de ese derecho.
Es muy importante que todos respetemos este derecho, el de las relaciones personales, porque es vital esto para la inclusión de las personas con discapacidad intelectual.
Para todas las personas es fundamental el afecto, aprender a relacionarse como iguales y también el poder conocer más gente en distintos sitios. Esto es muy importante para que no vivan aislados porque esto podría hacer que cayeran en la marginación o un aislamiento por falta de entornos para relacionarse.
Para ello y para respetar los derechos de las personas es muy importante una buena educación afectiva y sexual, pero eso es algo que realmente es necesario para todas las personas, y al igual que cualquier pareja las cosas pueden durar más o menos, ir mejor o ir peor.
Hay que fomentar la afectividad y el aprendizaje de unas relaciones que sean equilibradas e igualitarias, oportunidad para conocer a más gente en diversos lugares, por eso es vital educar el ocio y el tiempo libre, que es un marco ideal para conocer gente y para las relaciones personales.
Desde Trèvol queremos hacer un llamamiento a todas las personas con discapacidad intelectual para que vivan su afectividad y sexualidad de una manera libre y responsable, solicitando los apoyos necesarios y los medios para que esto se pueda realizar. Detectando en todo momento situaciones que puedan ser abusivas o que vulneren los derechos de las personas.
Javier Abad Chismol