Lo más importante a la hora de pensar en la integración de las personas con discapacidad es contar con la persona, es decir, que no hagamos todo por ellos, pensando que no pueden, o que no van a elegir la mejor opción, y que muchas veces aunque buena intención se deja fuera al protagonista de la historia, también tienen que tener la posibilidad de equivocarse y de volver a intentarlo.
Por lo tanto se debe hacer participe en la toma de decisiones a los usuarios de las entidades y asociaciones de las personas con discapacidad. No se puede imponer un trabajo, una formación, sin preguntar a la persona que es lo que quiere hacer y qué es lo que le gusta, cuáles son sus inquietudes, en definitiva preguntarle ¿Qué quieres hacer con tu vida? Es una pregunta que nos planteamos todos, tengamos o no discapacidad, la toma decisiones son de uno mismo, aunque es evidente que hay que apoyar y orientar.
Es generar espacios de participación, en donde se puedan expresar opiniones e inquietudes, en donde puedan ser parte activa de lo que se hace. Ahí entran las familias, los técnicos, las empresas, los formadores, los apoyos naturales.
Pero son muchos los que piensan que la opinión más importante es la de los interesados, por encima de los profesionales y de la familias, por lo tanto habrá que realzar la voz de las personas con discapacidad, respetando su opinión, y sus decisiones, siempre después de haber recibido los apoyos necesarios.
En la Convención de la ONU sobre los Derechos de personas con discapacidad en el artículo 29; “Participar en la política y la vida pública, como por ejemplo en las asociaciones”. Las entidades no pueden vivir al margen de sus usuarios y por lo tanto deben oír la voz de las personas.
Manifestar la plena manifestación de los derechos, y por supuesto también de las obligaciones, y sopesar la responsabilidad de tomar opciones, es decir, las consecuencias de lo que hacemos, educar también para la libertad es vital para todos, así como educar también para el fracaso.
Las asociaciones deben contar con el colectivo con el cual están trabajando, se deben oír todas las voces.
Se debe además tener sus portavoces, sus protagonistas, y que sean ellos los que tengan la capacidad de decidir, y ver qué es lo que quieren y como lo pueden hacer.
Javier Abad Chismol