Recientemente se ha empezado a escuchar en diferentes ámbitos lo que significa la responsabilidad social y como su propio nombre indica, es la idea de que los individuos tengan responsabilidades en la sociedad, esto se remonta a los filósofos griegos y al sistema romano de legalidad.
Las personas no podemos vivir aislados unos de otros, y tenemos que ver de qué manera somos sensibles a las distintas necesidades que hay a nuestro alrededor, especialmente cuando se refieren a los más débiles y desprotegidos de la sociedad.
Lo contrario sería el egoísmo, o no caer en la cuenta de las necesidades o problemas de otros más que cuando esto toca a mi puerta. Cuando conocemos de cerca sectores sociales con dificultades, como personas con discapacidad, o con riesgo de exclusión social, es cuando se nos puede despertar en nosotros esta inquietud, para que así nos podamos plantear ¿qué podemos hacer cada uno de nosotros por construir una sociedad más proporcionada y responsable? que sepa responder a las necesidades y que busque la igualdad de todos los miembros, sin importar su condición.
El ser humano tiene por necesidad que relacionarse con otros y para ello se debe cumplir una serie de reglas de comportamiento, dependiendo del lugar y el tiempo que se encuentre, las obligaciones que cada individuo debe cumplir con los demás es lo que denominamos responsabilidad social.
Con esta terminología nos referiríamos al compromiso u obligación de los miembros de una sociedad ya sea como individuos o sea como miembros de algún grupo, tanto entre sí, como a la sociedad en su conjunto.
Este concepto introduce una valoración positiva o negativa al impacto que una decisión que se toma sobre algún tema tiene repercusión en la sociedad. Esa valorización puede ser tanto ética como legal, etc. Generalmente se considera que la responsabilidad social se diferencia de la responsabilidad política porque no se limita a la valoración del ejercicio del poder a través de una autoridad estatal.
Todos tenemos que apostar por la responsabilidad social, para ello tienen que dejarse de lado ciertos prejuicios o estereotipos políticos que limiten el desarrollo de los temas sociales. En ocasiones no es que se vea una actitud negativa hacia la responsabilidad social, lo que hay es una especie de omisión, de no hacer ni promocionar ciertos temas sociales que no son rentables a nivel informativo, ni político ni económico.
Javier Abad Chismol