Se celebra en este mes de octubre el día de la erradicación de la pobreza, y las entidades como Trévol que trabajan en la inserción de las personas con discapacidad debemos recordar la vulnerabilidad que sufren algunos colectivos, y como a las personas con discapacidad intelectual y a su vez sus familias esta situación les lleva a situaciones de pobreza y en consecuencia de marginación y exclusión social.
Cerca de un 30 % de las personas con discapacidad se encuentran en situación de exclusión social y un 16% en situaciones verdaderamente graves y severas, esto es producido por las dificultades que tienen las personas con discapacidad para poder acceder al empleo de calidad que les permita vivir con dignidad, en ocasiones se puede estar trabajando pero el salario ser bajo y no permitir en ocasiones ni cubrir los gastos mínimos para mantener una cierta calidad de vida, como la vivienda, la sanidad, el trasporte y los apoyos necesarios.
En el Artículo 39 de nuestra Constitución se dice que los poderes públicos deben garantizar la protección social, económica y jurídica de la familia, y en el Artículo 41, habla de la Seguridad Social para todos los ciudadanos que garantice lo que cada uno necesite según su necesidad.
Se trata de que se apoye a cada uno según su situación, no se trata de crear tan solo una política de subsidios y de rentas económicas, se trata de que cada uno según sus necesidades y circunstancias tenga los apoyos necesarios para que todos tengan la misma dignidad, sin importar las capacidades ni la situación económica personal.
Lo que es bien cierto es que las familias que tienen en sus hogares miembros con discapacidad tienen mayores dificultades en el acceso a ciertos recursos básicos para el desarrollo de su vida económica y social.
Con respecto a las propias personas con discapacidad intelectual, su tasa de actividad es 46 puntos más baja que la de la población general (78% frente al 32%) y con relación al empleo, la tasa de empleo de las personas con discapacidad es del 43% más baja que la de las personas sin discapacidad (62,8%, frente al 20%).
Se tiene que ayudar a las familias y a las personas con discapacidad para que lleven un proceso de integración de las personas con discapacidad intelectual, porque en muchos casos se puede juntar la discapacidad y la pobreza, para ello hay que proveer los apoyos necesarios para que nadie quede excluido.
Javier Abad Chismol