Desde Trèvol queremos transmitir la importancia de la integración de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la vida, que puedan desarrollar todas sus tareas en entornos normalizados, y que seamos capaces de no sorprendernos de ver personas con discapacidad en entornos comunes para cualquier persona.
Es una apuesta para no crear centros especiales para personas con discapacidad, ni escuelas, ni empresas, ni horarios concretos en ciertas instalaciones públicas para no molestar a otros usuarios.
Todo empieza en una educación social, para que se entienda que la discapacidad intelectual no debe suponer un aislamiento, o un lastre de por vida para aquella familia que se encuentra ante la situación de que va a tener un hijo con discapacidad y por ello hay que atender desde la primera infancia, para ello se debe acompañar a los padres y la familia desde el primer momento y también a lo largo de toda la vida.
Por ello es vital una educación inclusiva, en donde el niño con discapacidad sea uno más, que se busquen los apoyos necesarios, que sus compañeros también colaboren y vean la discapacidad con normalidad.
También en las actividades lúdicas y de ocio, que se puedan frecuentar los lugares convencionales: parques, piscinas, polideportivos, lugares de ocio, y de esta manera se hace visible la discapacidad.
La forma de ver, de mirar la discapacidad cambia en función de la experiencia personal que tengamos, por ello buscamos la inclusión y la visibilidad. Que se puedan hacer las labores cotidianas como ir de compras o cualquier otra labor cotidiana.
Y por supuesto es importante el trabajo, la inserción laboral en la empresa ordinaria, para que puedan ser uno más con los apoyos necesarios. Ahí todos tenemos una responsabilidad social en hacer lo que esté en nuestra mano para hacer visible la integración de las personas con discapacidad.
Javier Abad Chismol