No tenemos ninguna duda de que la infancia es uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, si a eso añadimos pobreza o discapacidad, la situación se agrava mucho más y se tienen muchas posibilidades de entrar en la marginación y en la exclusión social.
De hecho se crítica desde el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, la baja inversión en este sector que se realiza en España, lo que parece que agrava por los incrementos de pobreza y de desigualdad, los sectores más desfavorecidos son también los que más sufren las crisis económicas por falta de inversión y de medios.
Los recortes en inversión pública de alguna manera han vulnerado los derechos de las personas con discapacidad y también de marginalidad, en donde entra la sanidad, la vivienda y la protección social.
Debido a la crisis ha habido casos de niños viviendo en chabolas o en viviendas de mala calidad, muchos de ellos son de etnia romaní y de inmigrantes.
Para ello se deben facilitar las ayudas, reduciendo la burocracia, y que se provea de los recursos económicos necesarios, de nada sirve legislar o hablar de derechos, sino se hace una previsión económica que permita llevar a término los objetivos marcados.
Todo ello para que cuando haya una situación de crisis económica no se vean afectados los sectores vulnerables como los niños o las personas con discapacidad.
España en este momento no alcanza la media de la Unión Europea del 2,4 % del PIB en inversión. También que se estudie lo referente al fracaso escolar, especialmente de los sectores más marginados, que se facilite la escolarización, el trasporte, los libros y los apoyos necesarios que puedan además suplir las carencias familiares de estos niños.
También se han detectado casos de acoso escolar hacia los más débiles y desfavorecidos, como son niños inmigrantes, o con discapacidad. Además se detectaron casos de abusos sexuales. Una mala formación o falta de atención, o errores en el sistema educativo está provocando en España un aumento de la violencia infantil y juvenil. Algo está fallando en el sistema en donde los centros educativos y la administración no pueden llegar hacer el papel de reinsertar e integrar en la sociedad a sectores más frágiles por diversos motivos.
La violencia en la infancia por parte de la familia a su vez repercute en una violencia que desarrollan esos menores hacia otros. Por ello se debe reivindicar los derechos de los niños, de los débiles y de las personas con discapacidad.
Javier Abad Chismol