La violencia de género a la mujer es una de las lacras de nuestra sociedad, en donde se manifiesta una discriminación injustificada, todo por prejuicio o por cultura. Nuestra sociedad debe avanzar en la igualdad de oportunidades para todas las personas, y por ello tenemos que poder superar todas las barreras que no nos permiten que todos seamos iguales, se trata de que el ser mujer no se convierta en un obstáculo, ni tan poco la tener una discapacidad, cuando se es mujer y además se tiene discapacidad se tiene doble dificultad.
Por ello hay que hacer un esfuerzo en informar a la sociedad, y a su vez concienciar y educar, y hacerlo desde la escuela, desde la bases de la sociedad, por ello hay que educar para la igualdad y la diversidad, para que nadie puede sentirse discriminado/a por su condición sexual o por algún tipo de discapacidad física o intelectual.
Es cierto que aunque hemos hecho muchos progresos en materia de igualdad, aun queda mucho por hacer, ver a la mujer en igualdad con el hombre, y ver a la persona con discapacidad como ciudadano de pleno de derecho y como parte activa de la sociedad debe ser el objetivo a lograr.
Por este motivo las mujeres con discapacidad pueden presentar además otras características como puede ser el desempleo, la pobreza, edad, origen, todo ello puede ir agravando la situación de discriminación.
Se deben buscar y procurar los medios para que haya una protección social para los sectores más vulnerables de la sociedad, y ser mujer y tener discapacidad en un hándicap añadido, a lo que a veces se añaden más situaciones como hemos visto.
Hay formas de discriminar que muchas veces no somos conscientes y son en los gestos más cotidianos, y eso es lo que poco a poco hay que ir venciendo y metalizando para que no se dé. Además con la excusa de una discapacidad y ser mujer, se pueden aprovechar de ellas, incluso en la misma familia y conocidos, por ello hay que saber cómo son los entornos familiares.
Estar incapacitada puede a veces ser un problema porque pueden incluso anular la voluntad y vulnerar los derechos de las personas.
Por ello también es vital la formación a las mujeres para que puedan distinguir cuáles son sus derechos y poder decirlo cuando intente aprovecharse de ellas.
Javier Abad Chismol