Son muchas las quejas de los usuarios por lo complicado que resulta el acceso a algunas páginas web, tiene que haber una reconciliación entre la estética, la modernidad y la funcionalidad. Yo creo que nos ha pasado en cierto modo a todos, con o sin discapacidad, bien física o intelectual, una invasión de un diseño minimalista con letra minúscula que nos hace perdernos en la búsqueda de las posibilidades o secciones.
O incluso el asalto publicitario que aparece de repente de tal manera que paraliza la web o te deriva a otros sitios web sin poder remediarlo. Las personas mayores, las personas con algún tipo discapacidad no deben encontrarse con tantos obstáculos en la red, especialmente en los sitios de información o de servicios que son necesarios en los tiempos actuales.
Las personas con discapacidad navegan, tienen redes sociales y se comunican con otras personas a través de estas nuevas tecnologías y plataformas, por ello es vital la formación pero también la accesibilidad. Por ello tiene que haber diferentes medios de apoyo que posibiliten esta opción, como puede ser el teclado, la pantalla, y luego ya los sitios web que sean accesibles.
Sin hay barreras en las webs y en la tecnología se crean una desigualdad de oportunidades y por lo tanto una discriminación por la inaccesibilidad, se producen muchas denuncias ahora en este sector de la comunicación, que además ahora es cada vez más utilizado.
La accesibilidad es un problema histórico, hay que aceptar la dificultad como algo normal, y hay que ponerse en el lugar del otro, de tal manera que seamos capaces de hacer las cosas fáciles a los demás.
La Convención de la ONU destaca la importancia de las nuevas tecnologías y la adaptación a todas las personas, se tendría que reivindicar que las web, las redes sociales fueran de un acceso intuitivo y sencillo para que todas las personas se pudieran beneficiar de lo bueno que nos aporta la tecnología e informática.
Javier Abad Chismol