Quien nos iba a decir a mí y Javier, cuando nos conocimos en el verano de 2002, que andando el tiempo, él sería mi voz y mi palabra, para difundir el mensaje del Projecte Trèvol en los medios de comunicación. Y quién me iba a decir a mí, hace apenas tres semanas, que, a petición de José Luis Torró, yo tendría que escribir estas palabras para despedirle y darle las gracias por su trabajo en el Projecte Trèvol. Cuando le conocí, recuerdo que él decía que la amistad es la expresión más noble del amor ya que en ella no hay ningún tipo de interés ni beneficio, sólo generosidad. La nuestra era una amistad que se fundamentó siempre y se sostenía por una fe compartida y un sentido de la vida entendida como cumplimiento de la voluntad de Dios. Era difícil, entonces y hoy, encontrar a alguien que tuviera estos planteamientos y más cuando con treinta y cinco años, además de ser sacerdote, tenía a las espaldas una brillante carrera, de más de diez años, como comercial, director de una agencia de publicidad (Publicidad Lanza) y como comunicador. Esta fue la razón por la que a finales de octubre de 2006, yo le dije “¿Tú puedes ayudarme en esto?” El Projecte Trèvol había recibido el encargo de organizar el VIII simposio Internacional de empleo con Apoyo para los días 7, 8 y 9 de marzo de 2007, apenas quedaban unos meses, y quienes estaban encargados de hacer la difusión, no habían conseguido cuajar una campaña. Javier me dijo que sí y empezó a venir, como voluntario, una o dos veces por semana.
Planificó la campaña, se puso en contacto con diferentes medios de comunicación, particularmente con Levante y Las Provincias. Elaboró publirreportajes que publicaba en estos medios y, ocasionalmente, en otros medios de tirada nacional o en medios especializados de nuestro sector. Siempre con los tiempos perfectamente planificados para generar el impacto social necesario y siempre sin presupuesto, a coste cero. Aprovechaba lo que él, creo recordar, llamaba “páginas azules” o espacios a los que podíamos acceder por diferentes motivos relacionados con el objeto del congreso o con el carácter social del mismo. El resultado fue que no sólo llenamos el Auditorio Santiago Grisolía del Museo Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde se realizaba el congreso, sino que tuvimos que llevar hasta cien sillas de pala para poder dar cabida a todas las personas que se inscribieron; más de cuatrocientos congresistas se reunieron allí. Recibimos varias veces la enhorabuena por la campaña realizada, por parte de los responsables y técnicos del SERVEF… y no era para menos. Poco después se dio la oportunidad de que Javier entrara a trabajar en el Trèvol con un modesto contrato de ocho horas a la semana. El objetivo de su puesto de trabajo era generar opinión en favor de la inclusión y normalización de las personas con discapacidad. Javier Abad y Carles Cerdá crearon un buen tándem. Javier escribía y Carles maquetaba, eran tiempos de entusiasmo y esfuerzo, sin demasiados medios, como siempre, y como siempre sin presupuesto. La pregunta de Javier todas las veces era “cuánto presupuesto tengo para publicidad” y mi respuesta siempre era la misma “no puedo pedir dinero para esto”. La verdad es que presupuesto no teníamos pero voluntad, ilusión y empeño nunca nos han faltado. Después llegó la ampliación de horas con la web y las redes sociales. la proyección en directo de las jornadas que hacíamos… El objetivo de todo esto era situar al Projecte Trèvol en internet como referente para toda España en el ámbito de la discapacidad intelectual, así como transformar la opinión pública en favor de la inclusión y normalización de la vida de las personas con discapacidad. Para poder hacer esto con conocimiento de causa Javier quiso cursar un máster de integración de personas con discapacidad de la Universidad de Salamanca (2010-2012).
Con la perseverancia que le caracterizaba, semanalmente
revisaba todas las noticias que se daban en todas las páginas que existen sobre discapacidad, CERMI, Plena Inclusión, Servicio de Información sobre discapacidad (SID), periódicos de tirada nacional, noticiarios…y seleccionaba aquellas más relevantes que podían influir o ser apropiadas para los objetivos del Projecte Trèvol y con ellas redactaba semanalmente los artículos necesarios, enfocados desde la perspectiva del Trèvol con los que ir posicionando nuestra web en internet y difundir a través de las redes sociales los mensaje más oportunos.. En esta línea, hace un par de años, con la llegada de Guillermo García como informático de la Mancomunitat de Municipis de la Vall d’Albaida, un nuevo proyecto se puso en marcha. Montar una plataforma de TV online donde difundir los valores del Trèvol. A pesar de que a priori era imposible, Javier, ante mi insistencia, asumió el reto y con Guillermo y una Tablet, semana a semana, fue construyendo la base de esa plataforma. Como me decía Guillermo muchas veces: “Fes-te el compte que sense ell açò no haguera eixit mai”.
Y no quiero acabar, este repaso por todas las aportaciones que Javier ha hecho al Trèvol en estos trece años sin hacer mención a nuestra Tienda Solidaria, sin duda su aportación más emblemática. Fue él quien tuvo la idea, la perfiló junto conmigo y se implicó totalmente para ponerla en marcha. Y después asumió toda la responsabilidad delegada por mí para consolidar el proyecto y lo hizo durante cuatro largos años, a las duras y a las maduras, hasta que se pudo contratar a una profesional. Además de la oportunidad que supone para el Trèvol esta tienda y las que puedan abrirse más adelante como consecuencia de la misma, los beneficios que ha generado como instrumento de concienciación social son incontables. El miércoles 15 de abril a las 23’30 de la noche terminamos de esbozar la estrategia de comunicación que debíamos llevar a cabo y que íbamos a compartir y contrastar con los otros miembros del equipo, en la reunión que estaba prevista para el viernes a las 11, pero Dios tenía otros planes. Apenas unas horas después su corazón se paró.
Trabajador incansable, que compaginaba su labor en el Trèvol con el deporte y una intensa actividad pastoral en la parroquia San Miguel Arcángel de Burjassot, colegio diocesano incluido, y en las redes sociales e internet; estoy segura de que nunca nos abandonarás y de que, de un modo u otro, nos acompañarás para que el mensaje del Projecte Trèvol se difunda allá donde debe hacerlo y como deba hacerlo. No voy a utilizar ninguna fórmula de despedida porque yo no creo en la muerte. Creo en la vida más allá de la vida en Cristo, en “ese cielo y tierra nueva” de la que nos habla el libro del Apocalipsis. En la certeza que me da mi experiencia de Fe y en la conciencia absoluta de lo fugaz que es esta vida… Javier un abrazo muy grande, acompáñanos en el camino que tenemos que recorrer y, cuando Dios lo disponga, nos vemos en el cielo.
Mª Amelia Martínez Valls