Cuando hablamos de la integración de las personas con discapacidad nos surgen muchas dudas, nos llegamos plantear si realmente las personas que no trabajan en el sector pueden ser parte del apoyo de las personas con discapacidad.
La sociedad no es pura espectadora de la inclusión de las personas con discapacidad, no podemos esperar a que sean los otros, los técnicos o profesionales los que tengan algo que hacer con ellos. Eso sería un error, porque las personas con discapacidad forman parte de la sociedad, son uno más, y por lo tanto tienen que ser parte de esa integración y de esa sociedad, es lo que llamamos apoyos naturales.
Por ello es importante que creamos en un apoyo activo, y no solo es un apoyo que sea espectador, que se limite o bien hacer un donativo o a apoyar moralmente. Si creemos en la educación inclusivo y en la inserción laboral de las personas con discapacidad, entenderemos que todos formamos parte de este proyecto, porque somos vecinos, compañeros de estudio o de trabajo, porque somos amigos, porque nos implicamos personalmente con la persona.
Los profesionales deben de ser supervisión de tal manera que sean capaces de transmitir a los demás lo importante que son los apoyos naturales, de tal manera que deben ser uno más, haciendo lo mismo que hacen los demás, y utilizando los mismos recursos que utilizamos todos.
Debemos potenciar el voluntariado, la entrega, la implicación, especialmente con los sectores de la sociedad que más lo necesitan, que son más vulnerables.
Acercar la realidad de la integración a todos los sectores sociales, creando campañas de concienciación de lo que significa la ayuda y la solidaridad. No se puede apoyar aquello que no se conoce, aquello que no sabemos cómo apoyar o como ayudar.
La práctica de estos hábitos nos abre a una nueva dimensión, para que no sean solo profesionales o las familias de las personas con discapacidad los que estén implicados, todos formamos parte de la solución y todos debemos estar ahí para apoyar en lo que cada uno pueda.
Javier Abad Chismol