En el comienzo de curso conviene estar alerta con todo tipo de conductas, evitarlo desde el principio, especialmente con las que tienen que ver con el acoso escolar, algo que por desgracia se da en los niños y jóvenes con discapacidad intelectual. Es la comunidad educativa en su conjunto la que debe apostar por la inclusión eficaz y real. Buscando los apoyos necesarios para que esto se pueda llevar a término, para ello es importante observar el ambiente en las aulas y en los centros, para poder evitar cualquier forma de marginación, y esto hay que hacerlo lo antes posible.
Hay que conseguir que haya una vida escolar pacifica y con la máxima armonía, donde cada alumno sepa valorar y respetar al otro, a los docentes y también a sus compañeros, ser respetado y respetar, toda la comunidad educativa es responsable de que se mantenga un ambiente sano, para ello hay fomentar valores que hagan crecer a todos como personas, siendo cada uno responsable de sus actos y estando dispuesto a ayudar a los demás con generosidad.
Todos sabemos que el alumno con discapacidad, como así lo revelan los estudios realizados, está más expuesto a sufrir ciertas hostilidades, abusos y burlas, por este motivo estas personas tienen que estar protegidas, que no es un proteccionismo, sino atento a aquellos alumnos y compañeros que ven en la debilidad del otro una forma de divertirse, y que muchas veces cuando se les recrimina dicen que es solo broma, pero una broma que se puede ir de las manos y hacer mucho daño.
Los profesores deben estar atentos a actitudes negativas, bien porque se les puede dejar solos o arrinconados, o porque son utilizados como diversión, algo que por desgracia se da en los centros educativos, y que se debe detectar a tiempo para evitar el sufrimiento de las personas, y esto ocurre con alumnos con discapacidad pero también puede pasar con otros, como así ocurre por desgracia. Seguramente la pérdida de falta de respeto al profesor y cierto clima de libertad excesiva no ayuda a evitar el acoso, un acoso que ahora a través de las redes sociales puede prolongarse incluso fuera de los centros.
Hay que apostar por una educación inclusiva, basada en la tolerancia y la igualdad de oportunidades, inclusión que no es proteccionismo, si no estar bien atentos al ambiente en los centros, en donde la diversidad y la diferencia no sea un problema sino que sirva para enriquecer a toda la comunidad educativa y a toda la sociedad. Para ello hay que contar con los recursos y apoyos necesarios.
Javier Abad Chismol