Ante esta cuestión lo primero que tendríamos que preguntarnos es, ¿Qué se puede entender por calidad de vida?, si lo entendemos como atención o lo entendemos como integración.
En la Convención de las Naciones Unidas queda muy claro que se trata de buscar un proceso de integración de normalización en la vida de las personas con discapacidad, para ello hay que promover mejoras sociales que nos lleven a este fin. Los grandes retos parten por cumplir lo que plantea la ONU en lo referente a los Derechos de las Personas con Discapacidad, en este sentido se puede decir que España ha apostado por dos tareas fundamentales, por un lado el derecho a voto de las personas con discapacidad y por otro la educación inclusiva. En cuanto la Convención España lleva cierto retraso y es ahora después de 10 años de dicha Convención cuando se está poniendo manos a la obra, es cierto que todos quieren integración e inclusión pero a la hora de llevarlo a la práctica surgen los temores y las dudas.
De momento en España podrán acceder al voto cerca de 100.000 ciudadanos que podrán participar en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho. También se ha luchado para cambiar lenguaje en el artículo 49 de la Constitución cambiando la terminología, sustituyendo la palabra “disminuido” por la de “persona con discapacidad”, algo que ya iba recomendado desde hacía ya muchos años.
Y lo más importante es que se camine a una Educación Inclusiva e ir dejando poco a poco el modelo de Educación Especial, buscando un modelo educativo que sea realmente integrador y que mejore la calidad de vida de la personas con discapacidad, empezando por la infancia y la educación que es el fundamento de una sociedad moderna.
También hay que buscar que todos los lugares estén adaptados y así romper las barreras que limitan la integración, es cierto que se ha avanzado mucho, pero aun hay que mejorar la accesibilidad, «tan solo el 0,6 por ciento de los 10 millones de inmuebles cuentan con medidas adecuadas» en España.
También hay que pensar en realizar inversiones no tanto residenciales para este colectivo porque podría incrementar las practicas de segregación en lugar de ofrecer servicios accesibles comunes hay que crear alojamiento integrado en la comunidad y un empleo en el mercado abierto, en la empresa ordinaria privada o pública.
Todo esto es lo que lleva a mejorar la calidad de vida y la normalización de las personas con discapacidad, como vemos aun nos queda mucho por recorrer para que unamos la verdadera calidad de vida con la integración.
Javier Abad Chismol