El Gobierno ha decidido aumentar las subvenciones para los puestos de trabajo de personas con discapacidad en los Centros Especiales de Empleo. Como lo ha publicado en el BOE de la orden del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social por la que se incrementan de manera extraordinaria las aportaciones para este año 2019, de esta manera pasarán de recibir el 50 % al 55 % del Salario Mínimo Interprofesional por cada trabajo.
Realmente esta subida responde al aumento del 22,3 %, hasta los 900 euros mensuales aprobadas por el Gobierno para el año 2019, puesto que las ayudas son en función del SMI del momento.
Parecía necesaria esta subvención para la subsistencia de este tipo de centros, aunque habría que ver qué tipo de discapacidad tienen los trabajadores o si este tipo de empresa favorece la inclusión de las personas con discapacidad, porque de alguna manera crea una empresa segregada.
Esta orden precisa que, en el caso de contrato de trabajo a tiempo parcial, la subvención experimentará una reducción proporcional a la jornada laboral realizada.
Estas ayudas son para el colectivo a proteger por esta norma es el de personas con parálisis cerebral, personas con enfermedad mental o personas con discapacidad intelectual, incluidas las personas con trastornos del espectro del autismo, con un grado de discapacidad reconocido igual o superior al 33%, y personas con discapacidad física o sensorial, con un grado de discapacidad reconocido igual o superior al 65%.
Este aumento de las ayudas, según el gobierno, “garantiza que el empresario del Centro Especial de Empleo, como cualquier otro empresario, aporta una parte de la subida del Salario Mínimo Interprofesional para 2019, pero esta parte ha de ser menor por las especiales características del colectivo al que ocupa, y menor aún en determinados casos donde el citado colectivo resulta de difícil empleabilidad fuera del mercado protegido”. Ante este epígrafe con el cual no estoy de acuerdo, no creo que ser persona con discapacidad sea sinónimo de empleo deficitario o de trabajo deficiente o de poca rentabilidad o calidad. Una trabajo bien regulado y con los apoyos necesarios puede ser de la misma calidad que una persona sin discapacidad.
Para hacer frente a este incremento temporal de la ayuda salarial, el Ministerio destina una partida extraordinaria adicional de 20 millones de euros, que se transferirá según los criterios de reparto aprobados en la última Conferencia Sectorial de Empleo del pasado de 18 de julio a las comunidades autónomas, encargadas de la gestión de estas ayudas.
Como vemos el empresario recibe mucha ayuda para los trabajadores haciendo de alguna manera una competencia desleal al resto de empresas que no reciben una ayuda de más de la mitad del salario del trabajador. También habría que apostar para que esa ayuda se dé en la empresa ordinaria, para que el empresario pueda contratar a personas con discapacidad como un trabajador más y se dé una verdadera integración laboral.
Debemos apostar por el Empleo con Apoyo y potenciar que también los gobiernos y las administraciones cuenten con esta modalidad en la que se crea una sociedad inclusiva en donde las personas con discapacidad son uno más, y no empresas en donde todos lo son. Y por eso se deben reclamar ayudas para esta modalidad de empleo inclusivo y no segregado.
Javier Abad Chismol