Estos días estamos viendo diferentes puntos de vista sobre la incorporación de los alumnos que se encuentran en Educación Especial a la Escuela Ordinaria, es lo que conocemos por educación inclusiva. Los Centros de Educación Especial se niegan a su cierre, y hemos visto estos días imágenes de manifestaciones con los niños por las calles, así como videos, fotografías, con niños con discapacidad pidiendo que no cierren su colegio.
Esto está creando confusión al respecto, padres, profesores, pertenecientes a centros de Educación Especial no están dispuestos a que los cierren, pero, ¿Qué es más inclusivo y que es más proteccionista? El debate está servido, o bien dar un paso hacia adelante en la Educación Inclusiva o mantener el actual modelo de colegio de Educación Especial, creo que debe haber una transformación en la educación, y también en los centros para que la educación inclusiva no sea una utopía.
La posibilidad de incorporar al sistema educativo general a los más de 37.000 alumnos con discapacidad matriculados en los 470 centros específicos de Educación Especial en España, como recoge el proyecto de Ley Orgánica para la reforma de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), divide a la comunidad educativa y expertos y preocupa a las familias y los profesionales de estos colegios, que ven como puede desaparecer el actual modelo de colegio de Educación Especial.
Unos a favor y otros en contra, uno lo ven excluyente, otros lo ven inviable en la Escuela Ordinaria, y luego surge la opinión de los padres para escoger los padres que tipo de centro quieren para sus hijos.
Es evidente que hay que proveer que en los Centros Ordinarios se den las condiciones necesarias para atender a los alumnos con discapacidad, por este motivo se ha puesto un tiempo para esta adaptación.
Esta normativa da cumplimiento a la Convención de Naciones Unidas por los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificado por España hace más de una década, y que establece en su artículo 24 que los alumnos con discapacidad no pueden ser excluidas del sistema general de educación por motivos de discapacidad. Hay que apostar ya por la integración y no por los caminos paralelos algo segregadores para este tipo de alumnado.
En esta línea se expresaba el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas en un reciente informe en el que sostenía que España «segrega» y «excluye» a los alumnos con discapacidad. Además, en este documento la ONU defendía la abolición del sistema separado para estudiantes con discapacidad en centros especiales.
Organizaciones como la Plataforma Educación Inclusiva Si, Especial También, integrada por personas con discapacidad, familias y docentes, niega que haya dos sistemas paralelos, sino «un único sistema» donde los alumnos con necesidades educativas especiales «son atendidos bajo diversas modalidades de escolarización». Esto es lo que se manifiesta, que pueden convivir juntos no siendo excluyentes. Se pide que se visiten estos centros para ver que no es excluyente.
Es evidente que ese traslado debe ser progresivo y debe atenderse caso por caso, por eso se da un tiempo prudencial para que se lleve a cabo con la máxima normalidad.
Por su parte, la patronal de centros de educación concertada Escuelas Católicas ha manifestado su «rechazo» a la posibilidad de cierre de centros de Educación Especial, que ofrecen una «educación inclusiva y personalizada» y ha señalado que el proyecto del Gobierno limita el derecho de elección de los padres.
Para muchos expertos este paso es inviable porque la sociedad española no es inclusiva y no está preparada, algo que personalmente no comparto, porque si no se hace un paso progresivo la sociedad en su conjunto no verá normalizada la integración de las personas con discapacidad. Cada miembro de la sociedad, también de la sociedad educativa forma parte de la integración y son los apoyos más naturales. Hay que provocar por lo tanto un cambio de mentalidad que debe empezar en los primeros años de las personas.
Javier Abad Chismol