La educación inclusiva es un derecho fundamental de las personas, es un derecho a poder formar parte de la sociedad sin ningún tipo de discriminación, para ello hay que legislar para que las leyes apoyen a que la inclusión educativa sea una realidad, no podemos caer en la trampa de crear leyes a las que luego no ponemos los medios necesarios para poder llevarlas a la práctica.
La educación inclusiva tiene que ser equitativa y de calidad, y para ello nos preguntamos ¿Qué es lo que podemos hacer en el centro educativo, en el aula? En primer lugar crear un lugar y un entorno agradable que favorezca que esto pueda llevarse a término, un entorno participativo, y en donde el valor de la ayuda, de la generosidad y de la entrega pueda llevarse a la práctica. Los alumnos mismos son los que más pueden favorecer una educación inclusiva, que sean conscientes de las necesidades especiales de alguno de sus compañeros para que sean parte activa de la integración, de esta manera se está favoreciendo a ambos, por un lado a la persona con discapacidad y por otro lado al resto de los compañeros. Los alumnos aprender a ser solidarios a tolerar la diferencia, y esto les prepara para formar parte de una sociedad que sea inclusiva.
Nadie debe quedar perjudicado en el proceso de aprendizaje, es decir, que no se debe pensar que el resto de los alumnos pueden quedar perjudicados al tener un compañero con discapacidad, que esto pueda ralentizar la enseñanza, debido a esta circunstancia, por eso es tan importante el apoyo al profesorado, y los medios técnicos necesarios para podre llevar a cabo esta tarea de aprendizaje. También es cierto que se debe apostar más por una educación integral en valores, en actitudes, y no tan solo en conocimientos y rendimientos. Hay que encontrar un equilibrio, para que lo más importante sean las personas.
Por ello es vital la participación en el aula de todos los alumnos, intentando lo más posible que el alumno que no se tenga que alejar del aula para trabajar temas a parte, esto en cierto modo podría ser discriminatorio. De ahí lo importante que son los apoyos dentro del aula.
La docencia compartida puede ser realizada por el profesorado de apoyo especializado (Pedagogía Terapéutica, Audición y Lenguaje…), esto será muy positivo para el conjunto del alumnado. Porque también se pueden planificar los apoyos con restos horarios de otros profesores o con otros colaboradores o voluntarios.
Todos participamos de una educación inclusiva, todos formamos parte de una sociedad que debe ser solidaria en la diversidad, y esto se consigue abriéndose a la diferencia e implicándose con las personas.
Javier Abad Chismol