El concepto de calidad de vida se ha ido divulgando en los últimos años en el entorno de la discapacidad, es un concepto internacional que pretende identificar el avance, la innovación y el cambio de las prácticas profesionales y en los servicios, que sirve en definitiva para poder materializar y definir el paradigma de los apoyos centrados en la persona con discapacidad, a la vez que esta forma de trabajo permite promover diferentes actuaciones a nivel de organización y de todo el sistema social.
El concepto de calidad ha ido evolucionando desde las perspectivas filosóficas y psicológicas iníciales hacia una concreción más relacionada con las prácticas profesionales de los servicios sociales, la salud y la educación. Es por ello que ha habido una evolución muy positiva porque se ha pasado de la teoría a la práctica. La investigación ha ido avanzando pero esta no lo podría de hacer de una manera positiva sino es desde la experiencia, de que sí se puede mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual.
La investigación ha avanzado en la comprensión del concepto desde la perspectiva unidimensional hacia modelos multidimensionales centrados en la persona y en su comportamiento, el camino que se ha ido haciendo ha servido para ir concretando las distintas áreas o dimensiones importantes, para luego profundizar en los indicadores relevantes, esto a su vez a permitido desarrollar distintas estrategias de evaluación que permiten multiplicar las aplicaciones del concepto de calidad de vida en las distintas realidades.
Se ha profundizado en el concepto, dimensiones e indicadores, y por ello hay que promover los desarrollos teóricos y aplicados a la calidad de vida.
La calidad de vida se mide por el bienestar físico, buena salud y buena atención. Un bienestar emocional, que es sentirse bien, con seguridad y tranquilo. Las relaciones personales, como los amigos, la familia, la pareja, los compañeros. El bienestar material, tener lo necesario para vivir, donde se vive y el trabajo. El desarrollo personal y la autodeterminación, la inclusión social y los derechos.
Cada uno de estos puntos o dimensiones son los referentes que tenemos que estudiar para valorar la calidad de vida de la persona con discapacidad intelectual, así podremos ver las carencias que hay y así buscar las soluciones que caminen a mejorar la calidad de vida.
Javier Abad Chismol