La accesibilidad es muy importante para aquellas personas que tienen limitadas alguna de sus funciones cognitivas. La accesibilidad cognitiva se define como la característica de entornos, productos o servicios que son fáciles de comprender.
Es interesante analizar las buenas y malas prácticas se realizan en las redes sociales o en carteles, ayer mismo me regalaban un calendario de mesa cuyos números eran casi imposibles de leer, un fondo morado y números en negro, y un dibujo abstracto, es algo ilegible y dudosamente estético.
Es igual cuando vas a un restaurante de comida rápida y ponen un panel lleno de fotos, de precios y ofertas y al final no entiendes nada o te crea confusión, quiero pensar que no hay mala fe, pero si veo el resultado que es crear confusión o hacer que el mensaje sea confuso.
La información debe ser clara y legible y fácil de encontrar, que no haya que quedarse pensando que me quiere decir, o que simplemente no encuentre el cartel por su ubicación o por su tamaño.
Se podrían poner muchos ejemplos de buena o mala accesibilidad, y es vital que exista un convenio de accesibilidad correcta, en donde las personas puedan acceder sin problemas a la información. Una labor que implica tanto a quien deciden los textos como quien hace los diseños o pictogramas.
Los horarios deben ser claros, no amontonados, y por orden, en ocasiones en poco espacio quieren poner mucha información y al final no se entiende nada.
O llegar a un parking y no encontrar la salida o la caja porque no está bien especificado, si puede tener dificultad cualquier persona, una persona con un grado de discapacidad lo puede tener peor.
Modernismos incomprensibles que pueden ser muy originales o estéticos pero poco prácticos. Tenemos que procurar una accesibilidad a los mensajes que damos.
Javier Abad Chismol