Cada vez la sociedad está más concienciada de la posibilidad real de la incorporación en el mundo laboral de las personas con discapacidad intelectual, como demuestran los distintos estudios recientes, y aunque queda mucho camino por recorrer, es evidente que cada vez los empresarios lo ven como una posibilidad real y no una utopía.
Según el “informe Olivenza 2017”, elaborado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad (OED) y promovido por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), ha concluido que una de cada cuatro personas con discapacidad tiene empleo en España.
Es bien cierto que hay más paro entre las personas con discapacidad jóvenes que las que no la tienen, un 63 % para los que tienen discapacidad frente a un 53,3 % frente a los que no la tienen, pero también a su vez, se aprecia que cada vez se tiene más preparación académica.
Se puede ver que aún quedan un porcentaje alto de personas con discapacidad que no tienen ningún tipo de actividad laboral, que bien están en centros o en residencias o en sus casas, muchos son los que se siguen cerrando a que las personas con discapacidad intelectual puedan llevar una vida laboral convencional y se potencia de esta manera una actitud asistencial.
También a su vez nos encontramos que hay más paro en las personas con discapacidad que en las que no tienen. De hecho según este estudio se puede concluir que casi 1.200.000 personas con discapacidad en España están inactivas, y que esto se agudiza en el caso de las mujeres, tanto en el número de contratos como en el tipo de empleo.
Como se puede desprender de este estudio, es más fácil encontrar trabajo y ser contratado en el caso de la discapacidad sensorial con respecto a los que tienen discapacidad intelectual.
Aunque se pueden ver algunas brechas en este estudio, no cabe duda de que se está avanzando, aunque quede aún mucho recorrido por hacer.
La Responsabilidad social y la implicación de los empresarios son vitales para que se impliquen en la contratación de las personas con discapacidad intelectual, y que encuentren todos los apoyos necesarios para que esto se pueda llevar a término, hay que mirar al futuro y apostar por la integración y por la normalización, sin perder de vista que el trabajo dignifica a la persona y en necesario para todos.
Javier Abad Chismol